martes, 13 de mayo de 2014

ESTADO NACION

ESTADO NACIÓN
Desde la construcción del Estado-nación salvadoreño a fines del siglo XIX, las identidades en El Salvador fueron transformando aceleradamente de manera que, en este proceso, llevó a una especie de homogenización de la población del territorio nacional, el cual fue construyendo nuevos imaginarios del “ser salvadoreño”, en contra posición a la invisibilización de otras identidades étnicas que habitaban y habitan en El Salvador.
En este caso los vínculos tradicionales relacionados con la religión, la etnia o la familia, son desplazados y, en ciertas ocasiones, hasta anulados por una lealtad suprema hacia el Estado-nación. La religión cívica, inculcada entre la población por medio de diversos instrumentos, tales como  primaria, el ceremonial cívico, la estatuaria heroica y el culto a los símbolos patrios, son fenómenos estrechamente vinculados con la invención de tradiciones, los cuales son fomentados por los dirigentes e ideólogos del Estado.
A partir de las últimas tres décadas del siglo XIX, la clase política salvadoreña fue construyendo la idea de nación, basada en un imaginario de lo mestizo y lo indígena; ese imaginario ha sido construido basado en las distintas expresiones culturales de las poblaciones que han habitado el actual territorio salvadoreño.
En el decenio de 1870, los gobernantes e intelectuales liberales se dieron a la tarea de construir y consolidar el proyecto del Estado-nación, 

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